CIUDAD JUAREZ.- La ciudad es un botín para los políticos en turno, que se enriquecen a manos llenas con los impuestos del pueblo y destruyen lo poco bueno.
Asi lo demuestran las obras de transporte RBD, que resultan ser un desastre de ingeniería y un robadero impune para funcionarios del gobierno estatal anterior.
Rutas mal trazadas, falta de planeación, contratos amañados, carencia de rigor técnico, falta de visión, retrasos, materiales de mala calidad, desastre vial, destrucción de vialidades y robo millonario entre contratistas y funcionarios encargados de la obra.
En conferencia de prensa, Carlos Aguilar, Secretario de Obras Públicas, detalló un cúmulo de irregularidades en las obras del ex Gobernador Javier Corral.Acompañado por Jorge Chavira, Delegado de Desarrollo Urbano y Ecología y Osiel Torres Molina, Subsecretario de Fiscalización de la Función Pública, mostró que las obras no fueron hechas con un estudio previo, no se hizo un análisis del impacto vial y los planos no corresponden con las obras realizadas.
Gastaron más de 1 mil millones de pesos, pero en resumidas cuentas, paraderos y carriles están mal hechos.
Obvio que los principales responsables son Javier Corral y su dirigente Jefe de Obras, Gustavo Elizondo. Ambos con negros antecedentes de insaciable cleptomanía donde quiera que los ponen.
Lo peor es que la solución no tiene para cuando. Lejos de suspender el proyecto, el actual gobierno estatal continuará invirtiendo en ese barril sin fondo, como alguien que sigue reparando su viejo carro chueco, aunque salga mas barato comprar uno nuevo.
El centro de la ciudad está paralizado por el desastre unánime. No hace falta ir a la guerra con estos gobernantes destructivos que padece la frontera.
Hay zanjas, cuevas, túneles, montones de tierra, calles cerradas, congestionamientos viales, grandes rodeos para recorrer 100 metros e ir del oriente a poniente o viceversa. Surgen enormes dificultades para la movilización terrestre de transeúntes. No se diga de automóviles.
Obvio: Los órganos fiscalizadores y el Congreso actúan como amigables tapaderas que reciben migajas de la “polla” .
Y mientras no hay plazo para terminar este martirio vial en Juarez, constructores y políticos que robaron sin cansancio pasean en retiros paradisíacos, como socarrones beneficiarios de la corrupción, impunidad y compadrazgo que solo cambian de partido para seguir engañando.